Viviana Silva Flores

Trazas de la rabia busca constatar, registrar y guardar las huellas de lo que ha sido el “estallido social”, los vestigios de eso que ha quedado como resto y que, por lo mismo, no vemos o no le prestamos suficiente atención. Mediante la realización de un trabajo de investigación artística en terreno, recojo unos cuantos restos, esas trazas de lo que ha sido la acumulación de la rabia y que ha ido quedando como marcas incrustadas en las calles tras arder en barricadas (tal vez nuestro propio sistema decadente), la ira e irritación colectiva manifestada en cada una de las protestas en curso. 

Las barricadas, como sistema de protección improvisado y a la vez parapeto utilizado para obstaculizar el libre tránsito, en la actualidad mediante el fuego, es la manifestación más plausible hoy en día de nuestra rabia. Así, como una arqueóloga que excava en la tierra buscando los restos materiales (y de cuerpos) dispersos en la geografía y conservados en el tiempo, me dispongo a escarbar en las calles de las ciudades las señas de esta rabia latente y colectiva que se mueve entre lo visible y lo invisible, para almacenar con ello su memoria. A través de una técnica tan antigua como el frottage, froto con un lápiz grafito carbonizado sobre papel las marcas que quedan de este momento histórico, político y social que estamos viviendo. Trazas a tamaño real y fragmentos de estas, que configuran una suerte de mapa de los puntos de expresión y ocupación en las ciudades. De esta manera, vuelvo a ocupar y cortar las calles solo que esta vez mediante el dibujo para crear una impresión, una imagen de las formas y texturas que quedan cuando “todo” ha ardido, obteniendo un material que persiste como rastro, como estampa profunda y duradera de eso que ha sido “grabado” en el espacio.